Programa de Formadores de Tutores para el Acompañamiento de Jóvenes en la Educación Media Superior
Diplomado Superior
“La comunicación oral”
Eliseo Valdez Rojo
Sin lugar a dudas que uno de los principales problemas que aquejan a la juventud mexicana con respecto a la expresión oral es que un alto porcentaje de alumnos, no van más allá de usar un lenguaje banal y coloquial; cuando se expresan, generalmente lo hacen sin cohesión. De reflexiones como esta, nace la importancia de manejar en el aula formas de expresión oral a partir de ejercicios prácticos de diálogo y entrevistas. Se hace necesario trabajar, en el proceso formativo de los jóvenes para que aprendan a expresarse con soltura y propiedad coadyuvando así a lograr comunicar verbalmente sus ideas y favoreciendo su formación integral.
Si la lengua escrita es importante, la lengua hablada es igual de relevante, pues representa la “tarjeta de presentación” que dice de dónde venimos y el nivel educativo que poseemos. La lengua hablada se vale de fonemas para comunicarse, es fugaz, espontánea y variada (puede modificarse de una persona a otra). La comunicación obliga a ser vigilante, responsable frente a nuestra habla, además de ser tolerante; si nos expresamos de manera diferente a la del grupo, nos incomunicamos y por lo mismo, necesitamos retroalimentarnos.
El video “El amor tiene dos caras 1”, nos plantea con claridad la importancia de la expresión oral como estrategia de la comunicación en el aula, vemos que el docente se logra expresar, explicar, existe un argumento didáctico, muy pertinente tal vez para lo que se pretende enseñar, se cubre muy bien este aspecto, sin embargo, vemos que existe un problema en la relación entre los interlocutores durante la comunicación, el maestro explica y el alumno atiende acríticamente a los planteamientos del profesor.
Los alumnos se encuentran ubicados físicamente en el salón, pero su atención, su mente, está ubicada en otras actividades, en otros pensamientos, totalmente ajenos al tema que en ese momento se está desarrollando por el docente, no se da una conexión. La clase, lejos de atender a la interacción se inscribe en un monólogo realizado por el docente; no hay diálogo, es unilateral. No se puede dar una retroalimentación, no hay decodificación, no hay interrelación.
Si la comunicación oral se logra a través de la voz y el gesto, en este video nos damos cuenta que el docente solo comunica con su voz. También hablamos con el cuerpo cuando hacemos gestos, porque el gesto no es solo facial, sino corporal. Está claro que cada sujeto posee tono y timbre particular.
La expresión oral comunica lo que uno lleva dentro y tiene formas diversas: conversación, información, descripción, narración, declamación, disertación, discurso, composición. El video “El amor tiene dos caras 2” nos da una lección bastante clara de lo que esto significa. La docente empieza explicando un escenario cuya exposición se va relacionando con temas de interés o del contexto del auditorio. La comunicación en este caso es oral y se hace participativa, relajada, pero con intención de formar, enseñar, con un vocabulario que permite un código ideal para los alumnos, usa un lenguaje que a los alumnos les parece familiar, coloquial hasta cierto punto, pero común, relacionado con uno más formal por la narración que está realizando, pero siempre se da de manera equilibrada.
El tono de voz, la entonación, las pautas, las pausas, permiten hacer partícipes a los alumnos en el tema, los involucra, hay un diálogo, hay un código que va siendo decodificado durante el proceso, logra conectar a los alumnos, hacen suyo el aprendizaje.
Al relacionar el tema dentro de un contexto favorece el diálogo, que haya apertura, entretener al alumno, despertar su interés, animarlo, hace amena la charla, sin dejar de ser un aprendizaje formal. Con una interacción de este tipo en el aula, la expresión oral permite apertura, los alumnos se involucran fácilmente, creando un ambiente de confianza; aún y que sus argumentos no sean los correctos, si no aproximaciones, pero están conectados, un diálogo como este será idóneo para que el tutor establezca relaciones con los alumnos y esto permita conducir su proceso y su acompañamiento en un clima de confianza, en el que se puede hablar de problemáticas que afectan el proceso formativo, con soltura, sin reserva, y eso permite que ese acompañamiento se genere de forma segura y adecuada.
Para finalizar, de los aspectos que el tutor pudiese orientar para el desarrollo de la comunicación oral son las actitudes y los sentimientos. El establecimiento de temas como la libertad de expresión, el proyecto de vida con miras a futuro, la prostitución infantil y juvenil, las enfermedades de transmisión sexual, los vicios, la violencia psicológica, física y verbal en la familia mexicana, la vida versus la muerte como conceptos en el joven, el uso de sobrenombres en los grupos, entre otros tópicos promueven la discusión socializada a partir de la utilización de argumentos en el aula, fomentan la expresión personal y encausan los valores morales y éticos y la actitud ante la vida.
Bibliografía
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Peliquín, M. y Rodeiro, M. (2005). Profesorado de lengua y tratamiento de la oralidad En Barragán, C., Camps, A., Cardona, M., Ferrer, J., Larreula, E., López, L., Morera, M., Nussbaum, L., Peliquín, F., Rodeiro, M., Ruiz, U., Sánchez, M., Vilá, M. y Vilardell, Cl. (2005). Hablar en clase. Cómo trabajar la lengua oral en el centro escolar. Barcelona: Graó.
Reizabal, M. (1993). La comunicación oral y su didáctica. Madrid: La Muralla.
